Mochilas para guardería y preescolar respetuosas con la espalda
La merienda, el bidón, una muda de ropa, el juguete favorito, las obras de arte hechas a mano, los «tesoros» encontrados... Hasta los niños más pequeños suelen llevar mucho peso encima, especialmente en comparación con su peso corporal.
Llevar sus propios objetos y tenerlos a mano es importante para favorecer la independencia de los niños. A menudo, simplemente es necesario que cada niño tenga una mochila con los elementos esenciales para pasar el día en la guardería. Sin embargo, el peso no debe representar una carga para el pequeño cuerpo de un niño que va a la guardería, sino al contrario: llevar una mochila ergonómica en la espalda puede convertirse en un estímulo positivo para el desarrollo del sistema musculoesquelético.
Por este motivo, contar con una buena mochila ergonómica para guardería y preescolar es fundamental para prevenir las malas posturas y los dolores de espalda en los niños. Pero ¿qué hay que tener en cuenta a la hora de comprar una buena mochila para guardería? Aquí encontrarás toda la información y los consejos que necesitas.
Posibilidades de adaptación y ergonomía en las mochilas infantiles
Todos los padres saben que los niños crecen demasiado rápido. A veces, parece que basta con darse la vuelta para que el niño ya haya crecido. En un abrir y cerrar de ojos, no solo la ropa le queda pequeña, sino también la mochila. Por eso, una buena mochila de guardería debe poder adaptarse al cuerpo del niño para que siempre le quede perfecta.
Las correas para el hombro acolchadas son decisivas en términos de ergonomía. Estas garantizan que el peso se distribuya de manera uniforme y que no haya presión en ningún punto. Por este motivo, las correas para los hombros deben ser ajustables para adaptarse a las diferentes proporciones.
Tu hijo debe acostumbrarse desde temprano a cerrar la correa de pecho de la mochila. Una correa de pecho ajustable garantiza que la mochila se ajuste perfectamente a la espalda y se mantenga estable incluso al saltar, correr y caminar.
El material adecuado no es solo una cuestión de apariencia
Una mochila para guardería o preescolar debe estar fabricada con un material resistente que soporte cargas pesadas. Es importante que se utilicen materiales libres de sustancias nocivas. En la zona de la espalda, es importante que la mochila siga la forma de la espalda del niño, cuente con un buen acolchado y sea transpirable. Además, el material debe ser fácil de limpiar. En definitiva, es normal que los niños tengan algún percance con la merienda, el bidón o las pinturas. Las superficies reflectantes no son obligatorias, pero, de todos modos, deberías asegurarte de que la mochila las tenga. Porque incluso aunque acompañes a tu hijo de camino a la guardería, no está de más hacerse ver a tiempo cuando los días tienen menos horas de luz.
Espacio suficiente en la mochila para guardería
Además de los requisitos ergonómicos, una mochila para niños también debe ser apropiada para el día a día. Esto significa, sobre todo, que debe ofrecer espacio suficiente para todos los elementos necesarios y ser lo más ligera posible al mismo tiempo. Los diferentes compartimentos ayudan a los niños a mantener una buena visión de conjunto. Al disponer de un lugar fijo para la lonchera, el bidón y otros elementos importantes, aprenden más rápido a organizarse. Además, los compartimentos son importantes para distribuir el peso de la mochila de manera equilibrada.
¿El niño puede abrir y cerrar la mochila por sí solo?
En la vida cotidiana de la guardería, el niño debe ser capaz de ponerse y quitarse la mochila por sí mismo lo antes posible. Por supuesto, esto solo es posible si puede abrir y cerrar las hebillas y las correas por su cuenta. Para ello, las hebillas deben ser fácilmente accesibles, de uso intuitivo y funcionamiento suave.
Antes de comprar una mochila para guardería, conviene probarlas. O busca sellos que comprueben estos y otros aspectos, como el sello de calidad AGR.
Importante: Los niños deben practicar el uso de la mochila
Incluso la mejor mochila solo puede ofrecer un buen soporte para la espalda si se utiliza correctamente. Por eso, debes ejercitar el uso de la mochila con tu hijo una y otra vez. Presta atención a los siguientes aspectos:
- Practicad la colocación y la extracción de la mochila. El niño debe saber exactamente dónde se encuentran las hebillas y las correas y cómo funcionan.
- Enséñale a abrocharse siempre la correa de pecho.
- Los elementos pesados, como la lonchera o el bidón, deben estar lo más cerca posible de la espalda. Los diferentes compartimentos con lugares fijos para los elementos individuales son de gran ayuda.
- Si se utilizan los bolsillos laterales exteriores, estos deben llenarse de la forma más uniforme posible. Si, por ejemplo, colocamos el bidón en uno de los lados, la mochila podría inclinarse.
- Revisad juntos la mochila con regularidad y ¡quitad todo lo que no sea absolutamente necesario!
Así, tu hijo aprenderá poco a poco a organizarse y a sacar el máximo provecho de su mochila.
Comprar la mejor mochila para guardería: ¿se puede lograr aún más comodidad?
Está claro que tú solo quieres lo mejor para tu hijo. Esto también se aplica a las mochilas para guardería y preescolar. Una buena mochila infantil es una inversión en el cuidado de la espalda y, además, facilita el día a día de tu hijo. Para que encontrar la mochila perfecta no sea un problema, hemos elaborado una lista de comprobación detallada para ti. Para proteger la espalda, es imprescindible cumplir los requisitos mínimos. Un ajuste óptimo y detalles prácticos, como una etiqueta con el nombre, hacen que sea aún más cómoda. En la lista de comprobación también encontrarás información precisa sobre el peso máximo de la mochila y muchos datos más.
Si quieres ir sobre seguro, puedes comprar una mochila para guardería que hayamos distinguido con el sello de calidad AGR. Estas cumplen todos los criterios importantes para la salud de la espalda y ofrecen una gran comodidad adicional.
Lista de comprobación para mochilas para guardería y preescolar respetuosas con la espalda
- Soportes para los hombros (correas de transporte):
- Deben estar bien acolchadas y tener un diseño ergonómico. La forma en S, por ejemplo, deja libre la zona del cuello para evitar puntos de presión. Además, no deben generar fricción que irrite en la zona de los hombros.
- Para evitar que se deslicen de los hombros, deben poder asegurarse mediante una correa de pecho ajustable en altura y longitud.
- Deben tener un ancho mínimo de 4 cm y estar compuestas de materiales antideslizantes.
- Deben ser fáciles de ajustar y adaptarse de manera óptima a las distintas proporciones.
- La capacidad de ajuste debe permitir que la mochila se mantenga situada en contacto con el torso.
- El lado de la mochila que está en contacto con la espalda debe tener un contorno ergonómico adecuado a la edad del niño, teniendo en cuenta la ligera curvatura lumbar propia de la edad.
- El lado de la mochila que está en contacto con la espalda debe estar diseñado de modo que la mochila resulte cómoda de llevar y que el contenido no ejerza presión contra la espalda del niño.
- Dado que la mochila se coloca en contacto directo con la espalda, el acolchado debe ser transpirable para facilitar la ventilación y reducir la acumulación de calor.
- Correr, saltar y brincar forma parte de los movimientos habituales de los niños. Para prevenir los movimientos pendulares en la mayor medida posible, es fundamental asegurarse de que la mochila se pueda fijar de manera estable y segura al cuerpo. De este modo, el peso puede trasladarse de forma óptima desde los hombros hasta la cresta ilíaca. Esto se logra, por ejemplo, mediante el uso de sistemas de correas adecuados.
- Asimismo, debe ser posible colocar y transportar objetos pesados cerca de la espalda, por ejemplo, mediante una distribución adecuada de compartimentos en el interior de la mochila.
- Si la mochila cuenta con compartimentos de almacenamiento lateral, es importante asegurarse de llenarlos de manera uniforme para permitir una distribución óptima del peso. De lo contrario, podría generarse una carga desigual.
- Los mecanismos de cierre deben ser suaves y fáciles de manipular, para permitir un acceso intuitivo y directo.
- • El peso en vacío de la mochila no debe exceder…
- ... los 300 g para niños de 3-4 años, con un volumen interior mínimo de aprox. 6-9 l.
- ... los 500 g para niños de 5-6 años, con un volumen interior mínimo de aprox. 10-12 l.
- La mochila debe poder levantarse cómodamente con la mano.
- La mochila debe ser capaz de mantenerse en posición vertical de forma autónoma y segura, por ejemplo, con una base reforzada.
- Etiqueta con el nombre para evitar las confusiones en la guardería.
Requisitos mínimos
- Soportes para los hombros (correas de transporte): bien acolchados, lo suficientemente anchos y de ajuste sencillo
- Las correas de los hombros no deben deslizarse (por ejemplo, mediante la correa de pecho ajustable en longitud y altura)
- Zona de la espalda: contorno ergonómico, resistente a la presión, transpirable (ranuras de ventilación), antideslizante, guía lateral
- Estable y bien sujeta al cuerpo
- División interior: varios compartimentos. Los objetos pesados deben colocarse cerca del cuerpo
- Distribución uniforme del peso (con compartimentos de almacenamiento externos)
- Mecanismos de cierre intuitivos
- Aprox. 300 g para niños de 3-4 años, con un volumen interior mínimo de aprox. 6-9 l
- Aprox. 500 g para niños de 5-6 años, con un volumen interior mínimo de aprox. 10-12 l
- Accesorio para levantar cómodamente (asa de transporte)
- Estabilidad, por ejemplo, mediante una base reforzada
Otros elementos útiles
- Etiqueta con el nombre
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