Desde hace mucho tiempo se sabe que detrás de las posturas defectuosas, las contracturas y los dolores en la espalda pueden esconderse adherencias fasciales. Las fascias son vainas de tejido conjuntivo que recubren como una red los músculos, huesos y órganos. Reaccionan frente al estrés, las cargas unilaterales, el déficit de movimiento y las malas posturas corporales.
La presencia de adherencias fasciales obliga a las personas aquejadas por dolores de espalda a trabajar contra una resistencia con cada uno de sus movimientos. Gradualmente, todo el organismo comienza así a desplomarse.
Además de la adopción de medidas para combatir las causas, los masajes (por ejemplo, con un rodillo fascial) pueden ser de ayuda.
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